Planificación arquitectónica

El arquitecto suele empezar a trabajar cuando se han determinado el lugar, el tipo y el coste del edificio.

El sitio implica el comportamiento variable del entorno natural que debe ajustarse a las invariables necesidades físicas de los seres humanos; el tipo es la forma generalizada establecida por la sociedad que debe ajustarse al uso especial para el que se requiere el edificio; el costo implica la economía de la tierra, la mano de obra y los materiales que deben ajustarse para adaptarse a una suma particular.

Así, la planificación es el proceso de particularizar y, en última instancia, de armonizar las demandas del medio ambiente, el uso y la economía. Este proceso tiene un valor cultural además de utilitario, ya que al crear un plan para cualquier actividad social, el arquitecto inevitablemente influye en la forma en que se realiza esa actividad.

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